Publicado el 19. Ago, 2009 por en Técnicas psicofísicas

RELAJACIÓN

Podemos definir técnica de relajación como cualquier procedimiento cuyo objetivo es enseñar a una persona a controlar su propio nivel de activación.

Los procedimientos de control de la activación tienen su origen en procedimientos de meditación de diferentes filosofías orientales, utilizadas para conseguir distintos objetivos:

§        Estados alterados de conciencia (expansión mental)

§        Relajación, como estado muy adecuado de desarrollo mental.

§        Estados contemplativos, que facilitan la vivencia espiritual.

§        Experiencias místicas……

El interés  por estas técnicas en estos últimos años ha superado cualquier tipo de pronóstico, esto quizás sea debido al propio estilo de vida que llevamos, producto o resultado de la presión de esta sociedad competitiva que entre todos hemos generado. Estilo de vida que genera desequilibrio, tensión, frustración, ansiedad, depresión………

Inicialmente el interés por estos procedimientos surgió en el ámbito, bien utilizada como técnica aislada, bien como parte de otras técnicas.

Posteriormente este interés ha superado el marco clínico, llegando a cualquier persona como herramienta preventiva o de mejora de la propia calidad de vida.

La tensión o activación, en especial la activación emocional, puede estar provoca por diferentes aspectos

1)    Pensamientos «tengo que hablar con estos padres tan conflictivos».

2)   Actuaciones » Acabo de meter la pata, veremos las consecuencias que esto acarrea».

3)   Situaciones » ¡No aguanto más esta situación de continua rivalidad!».

El mantenimiento o aumento de estos tres aspectos puede generar:

1)    Sensación de tensión.

2)   Deterioro en la actuación.

3)   Trastornos psicofisiológicos.

Frente a los efectos que la tensión y/o activación reiterada o mantenida pueden producir (Labrador, 1.992), repetidas veces se ha constatado que la relajación produce efectos contrarios:

§        Disminución de la tensión muscular.

§        Disminución de la frecuencia e intensidad del ritmo cardiaco.

§        Aumento de la vasodilatación arterial con el consiguiente incremento en el riego periférico y en la oxigenación celular.

§        Disminución de la actividad simpática en general.

§        Disminución de los niveles de secreción de adrenalina, y noradrenalina por las glándulas suprarrenales.

§        Reducción en el nivel de ácido láctico en la sangre arterial.

§        Disminución de los índices de colesterol y ácidos grasos en plasma.

§        Incremento y mejora del sistema inmunológico.

§        Incremento de los ritmos alfa y theta cerebrales.

§        Estado emocional equilibrado.

§        Mayor facilidad para percibir los propios recursos y capacidades.

§        Estado que favorece la propia exploración interna.

§        Estado que facilita EL CAMBIO PERSONAL.

Podemos controlar y modificar el nivel de activación desde la propia activación, desde los pensamientos, desde las actuaciones, desde las situaciones.

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